CONTRA EL EDADISMO

Ruth Bader Ginsburg, el icono de igualdad que llegó a la Corte Suprema a los 60 años

A los 60 años, Ruth Bader Ginsburg alcanzó la Corte Suprema de EE. UU., desafiando estereotipos de edad y género. Su legado marcó un antes y un después en la lucha por la igualdad.

Ruth Bader Ginsburg

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Ruth Bader Ginsburg fue una jurista excepcional que dejó huella en la historia de Estados Unidos por su incansable defensa de la igualdad de género y los derechos civiles. Con una trayectoria marcada por la perseverancia, la inteligencia y el compromiso con la justicia, Ginsburg demostró que nunca es tarde para alcanzar grandes logros.A los 60 años, cuando muchas personas piensan en retirarse, ella logró uno de los mayores reconocimientos en el ámbito jurídico: ser nombrada jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos.

Nacida en Brooklyn en 1933, Ginsburg enfrentó desde joven múltiples barreras por ser mujer en un mundo profesional dominado por hombres. A pesar de graduarse con honores en Derecho por Harvard y Columbia, tuvo dificultades para acceder a puestos legales en sus primeros años. Lejos de rendirse, canalizó esa experiencia hacia la docencia y la defensa legal, dedicándose a luchar por la igualdad desde el ámbito académico y judicial.

Ginsburg testificando ante el Comité Judicial del Senado durante las audiencias sobre su nominación para ser jueza asociada
Ginsburg testificando ante el Comité Judicial del Senado durante las audiencias sobre su nominación para ser jueza asociada | R. Michael Jenkins

En la década de 1970, cofundó el Proyecto de Derechos de la Mujer de la ACLU y lideró demandas históricas que cuestionaron leyes discriminatorias. Su trabajo riguroso y constante la llevó a ser nombrada en 1980 como jueza del Tribunal de Apelaciones del Circuito de Columbia, donde continuó construyendo una reputación sólida por su enfoque moderado pero firme.

Fue esa trayectoria la que, a los 60 años, la impulsó hasta la Corte Suprema en 1993, nombrada por el presidente Bill Clinton. Su llegada no solo rompió barreras por su edad y género, sino que marcó el inicio de una etapa clave en la lucha por los derechos de las mujeres desde el máximo órgano judicial del país. Ginsburg se convirtió en un símbolo de que la determinación y el compromiso no tienen fecha de vencimiento.

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