CONTRA EL EDADISMO

Christine Lagarde: la primera mujer en tomar las riendas del BCE a los 63 años

Antes de ocupar cargos internacionales, Christine Lagarde ya había trabajado muchos años en el derecho, la empresa y el gobierno. Así llegó a liderar dos de las instituciones económicas más importantes del mundo.

Christine Lagarde

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Christine Lagarde nació en París en 1956 y desde joven destacó por su talento y determinación. Estudió Derecho y Economía y pronto se abrió camino en el mundo legal y financiero, primero como abogada en una firma internacional y más tarde como ministra en el Gobierno francés. Su perfil internacional, su dominio de varios idiomas y su capacidad para liderar en momentos de crisis la convirtieron en una figura clave en la economía global. A lo largo de su carrera, ha roto barreras en instituciones históricamente lideradas por hombres, siendo reconocida no solo por su preparación, sino también por su estilo sereno y firme al tomar decisiones.

A los 55 años asumió la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI), una institución clave en el panorama económico mundial. Lagarde se puso al frente del organismo en uno de los momentos más delicados tras la crisis financiera global y lo hizo con autoridad. Fue valorada porque tomó decisiones difíciles, pero siempre pensó en cómo afectaban a la gente.

Edificio de la sede del BCE, en Fráncfort del Meno
Edificio de la sede del BCE, en Fráncfort del Meno | Por Norbert Nagel

Pero su carrera no se detuvo ahí. En 2019, con 63 años, Christine Lagarde hizo historia al convertirse en la primera mujer en presidir el Banco Central Europeo. Desde esta institución ha trabajado por una política monetaria estable, con visión a largo plazo y atención especial a los desafíos del siglo XXI: la inflación, la sostenibilidad y la cohesión europea. Su liderazgo ha sido firme y profundamente consciente del impacto de las decisiones económicas en la vida cotidiana de las personas.

Hoy, a sus más de 65 años, sigue siendo una de las mujeres más influyentes del mundo. Su trayectoria demuestra que la experiencia, lejos de ser un límite, es un valor que aporta equilibrio y sabiduría. Christine Lagarde es un ejemplo de cómo se puede seguir marcando la diferencia, más allá de cualquier edad.

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