CONSECUENCIAS DEL CALOR
Cómo identificar los síntomas de deshidratación y qué hacer para prevenirla sobre todo en personas mayores
En la época del año que más calor hace, los golpes de calor y las deshidrataciones son frecuentes, por lo que es importante poder distinguir sus síntomas.
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Con la llegada de una nueva ola de calor, en los últimos días se están batiendo récords de temperaturas en la península. En una época en la que estar en la calle sin protección es una osadía, se están registrando datos increíbles, como los 44,6º grados en Granada o los 44,4º grados en Córdoba.
Estos alarmantes datos hacen que toda la población esté alerta, y sobre todo las personas mayores, ya que pueden provocar golpes de calor o deshidratación. En una situación tan favorable para sufrir cualquiera de estas dos condiciones, es importante reconocer los síntomas para detectarlas y saber cómo actuar para tratarlas.
Síntomas de deshidratación
En cuanto a los síntomas de deshidratación, los más característicos cuando es intensa son: una intensa sed, una incipiente sensación de fatiga, cansancio y debilidad, malestar generalizado, cefaleas y disminución del apetito. En cambio, cuando esta es muy grave, se puede llegar a perder un 11% del peso corporal, se empiezan a producir espasmos, baja la tensión, se hincha la lengua y se dan delirios y alucinaciones.
Pero también puede ser de menor medida, presentándose en forma de sequedad bocal, menor cantidad de orina y mayor concentración de la misma, sensación de hormigueo, cansancio, somnolencia y estreñimiento. En otro contexto, si es moderada, puede aumentarse la temperatura corporal, pueden aparecer taquicardias, alteraciones y variaciones en la respiración y aparición de mareos.
¿Cómo hacer para prevenir situación?
Para tratar de evitar que estas dos situaciones puedan darse, hay varias formas de prepararse. En primer lugar, como es lógico, hay que beber mucha agua, entre litro y medio y dos litros al día, pudiendo aumentar la cantidad si las temperaturas suben. Pero es importante no volverse locos, ya que la ingesta debe ser progresiva. No debe beberse toda el agua de golpe, puesto que en estos casos puede llegar a sufrirse hiponatremia.
También es una alternativa válida ingerir alimentos que tengan una gran cantidad de agua, como puede ser la sandía o una ensalada. Las bebidas saborizadas son opciones que utilizan en muchas residencias para lidiar con el calor y esquivar el tedio de beber tanta agua. El agua se puede saborizar con hierbas como menta, el romero, o la hierbabuena, plantas capaces de potenciar su sabor y aumentando su frescura.
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Pero también es importante evitar ciertas bebidas, siendo este el caso el alcohol, ya que sus propiedades facilitan la deshidratación. Además, tanto las bebidas muy azucaradas, como las bebidas para deportistas, el café y las grandes cantidades de azúcar pueden jugar una mala pasada y provocar mareos, vómitos o diarrea.
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