Prendas y accesorios imprescindibles para combatir y el calor y protegerse del sol si tienes más de 60

Con la llegada del veranoy las altas temperaturas, las personas mayores se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir problemas de salud relacionados con el calor, como golpes de calor, deshidratación o fatiga extrema. Su organismo es más sensible a los cambios bruscos de temperatura, por lo que es fundamental que adopten medidas de protección adecuadas al salir a la calle. Más allá de la hidratación y el descanso, la ropa y los complementos que se eligen pueden marcar una gran diferencia.

Durante años se ha considerado que un sombrero o una visera eran suficientes para proteger la cabeza del sol. Sin embargo, existe una opción mucho más eficaz para quienes superan los 60 años: la gorra sahariana. Este accesorio, que incluye una pala trasera que cubre completamente la nuca, proporciona una protección más amplia frente a la radiación directa, previene quemaduras y ayuda a mantener una temperatura corporal más estable. Además, suele estar fabricada con tejidos transpirables, ligeros y que pueden mojarse para generar un efecto refrescante.

En el caso de las personas mayores de 70 años, se recomienda reforzar esa protección con el uso de camisas blancas de manga larga elaboradas con tejidos finos y frescos. Estas prendas no solo cubren una mayor superficie del cuerpo, sino que también reflejan la luz solar y favorecen la ventilación natural, ayudando a evitar el sobrecalentamiento. Este tipo de vestimenta, al combinarse con una buena elección de gorra, puede convertirse en una barrera muy efectiva frente al sol sin generar sensación de agobio o calor excesivo.

Además de la elección de ropa, es importante considerar otros factores clave. Se recomienda evitar salir a la calle en las horas de mayor intensidad solar, especialmente entre las 12:00 y las 17:00 horas. También es fundamental llevar siempre una botella de agua, aplicar protector solar en las zonas expuestas y estar atentos a señales de alerta como mareos, piel seca, enrojecida o falta de sudor. Estos síntomas pueden ser indicadores de un golpe de calor y requieren atención inmediata.

En definitiva, protegerse del calor en la tercera edad no solo implica evitar el sol, sino hacerlo con inteligencia. Elegir una gorra sahariana en lugar de sombreros tradicionales y optar por ropa clara y ligera puede marcar la diferencia entre una salida segura y un riesgo para la salud. Con medidas sencillas y adecuadas, es posible disfrutar del verano sin poner en peligro la salud.

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