ENTREVISTA

Pancho Varona: "Profesionalmente mi separación de Sabina me ha venido bien"

Cuando Sabina anunció su nueva gira, fue muy sonada la ausencia de Pancho Varona en ella. No obstante, ahora el músico asegura que este separación le ha beneficiado artísticamente.

Pancho Varona durante un concierto

Pancho Varona durante un conciertoEFE

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Músico, compositor, productor y arreglista, además de "mano derecha" de Joaquín Sabina durante 40 años, Pancho Varona regresa por su cuenta al estudio para retomar su carrera en solitario, una decisión que, explica a EFE, tomó tras el punto y final "sin explicaciones" de su relación con el artista ubetense.

"Profesionalmente al final me ha venido bien esa separación. Necesitaba enseñarle a la gente que yo sigo haciendo cosas, que sigo componiendo, grabando y tocando, así que me ha servido para volver a animarme, a coger velocidad, quizás demasiada, porque ahora estoy que no paro", asegura tras el lanzamiento del tema "Pájaro herido", que habla precisamente de superar rupturas.

Sobre el corte, el primero de una serie que irá llegando en los próximos meses (el siguiente aguarda ya su estreno para septiembre), cuenta que lleva 15 años escrito, que él se ocupó de la música y que para las letras, una vez que dejó de tener "al genio Sabina al lado" para ello, le ayudaron sus amigos José Carlos Rodríguez y Víctor Reyes.

"Así que no, no tiene nada que ver con el mundo Sabina, aunque pueda sonar a ello por lo que dice", afirma antes de añadir que, al menos en su caso, "las rupturas sentimentales (como la que narra este tema) duelen mucho más" que las otras.

Aún así, Varona (Madrid, 1957) no oculta su "perplejidad" por todo lo acontecido. "Especialmente por no saber un motivo exacto y claro", puntualiza antes de subrayar que "no" ha vuelto a mantener ninguna conversación con su excompañero desde que fue apeado oficialmente de su actual gira, 'Contra todo pronóstico'.

En su relato de los hechos, cuenta que a lo largo del año pasado se ofreció "varias veces" para ir a casa de Sabina "a hablar y a darse un abrazo, que todo estaba perfectamente". "Digámoslo así, no fui recibido", prosigue.

"Al final, en uno de esos mensajes que mandé, me dijeron -y digo 'dijeron' porque Joaquín no tiene redes sociales y suele escribir su esposa Jimena en su nombre- que mandara un correo electrónico explicando qué quería... después de 40 años", añade antes de asegurar que su tono fue "muy conciliador y cariñoso por si pasaba algo que no sabía".

La respuesta fue "un mail de ocho líneas" en el que se le despedía. "Dentro de todo, tuve suerte, porque si te mandan un mail diciendo que estás despedido y te pilla solo en casa, te deja hecho una mierda, pero a mí me pasó en la mejor compañía y en un sitio maravilloso, en México junto a Los Secretos, lo que lo hizo más llevadero", rememora con cierto optimismo.

Al citársele el artículo del periodista Juan Puchades en Efe Eme que el entorno de Sabina dio por bueno como análisis de lo que había conducido a la ruptura (especialmente cómo se había malogrado su relación con el resto de la banda por anteponer intereses personales y la progresiva pérdida de confianza y de aportaciones en la carrera de Sabina), Varona denuncia que estaba "lleno de incorrecciones y falsedades, por no decir mentiras".

"Yo quería tener la mitad de mi tiempo para hacer el trabajo con mis otros proyectos y la otra mitad para ellos, pero no lo admitían. Querían más tiempo del que tenía, porque yo trabajaba muchísimo y ellos, muy poco. Entonces estaban enfadados conmigo, pero fue un problema de agendas que se soluciona en una conversación en casa de Joaquín un día si nos juntamos todos", defiende.

Va más allá: "A mucha gente de la banda también le interesaba que yo no estuviera, porque significaba otro escaloncito", alega, y reivindica que él siempre fue "la mano derecha de Joaquín, su escudero, su mozo de espadas, el preferido para hacer canciones o su director musical, lo que fuera", que si en los últimos años perdió relevancia, fue "por los 3 años de pandemia, de no verse en un concierto, de que no haya disco, de no tener contacto".

"No he tenido relevancia en su vida en este tiempo como no la ha tenido nadie, porque su vida artística no ha existido", insiste.

Varona no renuncia a mantener esa conversación con Sabina algún día, orgulloso como está especialmente de dejar un cuerpo de más de 100 canciones conjuntas, canciones que piensa seguir interpretando en sus conciertos como artista en solitario, como el que celebra este viernes, 30 de junio, en la sala Galileo Galilei en Madrid.

"Quiero ir apartándome poco a poco de esos temas, pero nunca del todo, porque hay cosas que siempre voy a defender en un escenario: es mi repertorio, el que me mata a mí y el que me mueve", argumenta quien ya publicó un disco homónimo en solitario y a su nombre en 1995.

El hombre que entregó temas con su firma a otras figuras como Ana Belén ("Peces de ciudad") o Luz Casal ("No me importa nada") no se plantea ahora mismo escribir para nadie más. "Ahora me las estoy guardando para mí, a no ser que no tengan nada que ver conmigo", señala sobre incorporaciones a su repertorio que irán viendo la luz "cada tres meses", aunque no con un disco propiamente dicho en la cabeza como se anunció originalmente.

Javier Herrero.

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