LONGEVIDAD SALUDABLE

Actividad física en grupo: la fórmula para envejecer con calidad de vida

Un programa de ejercicio comunitario en Canadá mostró que la constancia y el apoyo social ayudan a las personas mayores a mantenerse activas. Los participantes lograron conservar fuerza, resistencia y calidad de vida frente al paso de los años.

Personas mayores haciendo ejercicio

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El envejecimiento de la población y el sedentarismo plantean cada vez más desafíos para la salud pública. Encontrar estrategias accesibles que permitan a los adultos mayores conservar su autonomía y calidad de vida se ha convertido en una prioridad. En ese contexto, un programa desarrollado en Canadá ofrece evidencias claras de cómo la actividad física comunitaria puede marcar la diferencia.

Un estudio realizado en la Universidad McMaster, en Hamilton, siguió durante más de cinco años a un grupo de 124 adultos mayores que participaron de manera regular en el MacSeniors Exercise and Wellness Program. Los resultados mostraron que la práctica sostenida de ejercicio no solo ayudó a mantener la fuerza muscular y la aptitud cardiorrespiratoria, sino que también logró frenar el deterioro físico propio de la edad. En mujeres, incluso, se observaron mejoras en algunos indicadores, contradiciendo la tendencia habitual de declive con el paso del tiempo.

Ejercicio en grupo
Ejercicio en grupo | Freepik

El plan de entrenamiento incluía sesiones de media hora de actividad aeróbica moderada, complementadas con ejercicios de resistencia para los principales grupos musculares. La propuesta planteaba una frecuencia mínima de dos encuentros por semana, sumando un promedio de 150 minutos semanales de movimiento, de acuerdo con las recomendaciones internacionales para personas mayores. Este enfoque no solo fue seguro y efectivo, sino que resultó viable y adaptable a distintos niveles de condición física.

Más allá de los beneficios fisiológicos, los investigadores resaltaron el papel central del entorno social. Compartir las rutinas con otros participantes y contar con la guía de profesionales fomentó la motivación y la continuidad a largo plazo. Según los especialistas, la interacción y el acompañamiento adecuado fueron factores decisivos para mantener a los adultos mayores comprometidos con la práctica.

Los autores del proyecto destacan que este tipo de programas comunitarios representan una alternativa sostenible y de bajo coste para enfrentar los efectos del envejecimiento. Además de proteger la salud física, ofrecen un espacio de socialización y apoyo emocional que contribuye a la independencia funcional y a una mejor calidad de vida en la vejez.

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