MARCHA VERDE 50 ANIVERSARIO

"Evacúa el cementerio": La precipitada salida del Sáhara que también incluyó a los muertos

Este 6 de noviembre se cumplen 50 años del inicio de la Marcha Verde, en 1975, cuando unos 350.000 civiles marroquíes marcharon hacia el Sáhara Occidental, entonces provincia española que el rey Hassan II reclamaba como territorio marroquí.

Legionarios españoles que procede a la inhumación de cadáveres españoles enterrados en el cementerio de El Aaiun

Legionarios españoles que procede a la inhumación de cadáveres españoles enterrados en el cementerio de El AaiunAgencia EFE

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Al coronel Manuel López-Amado, en aquel momento capitán, le pilló de sorpresa a finales de 1975 la llamada con órdenes de Madrid para que se armara "como para una guerra" para acudir a La Güera, la ciudad situada más al sur del entonces Sáhara Español, junto a la frontera con Mauritania.

"Me entregaron un sobre con unas instrucciones secretas para abrir en altamar. Allí fue cuando me enteré de que, una vez llegara allí, comenzaba la Operación Golondrina", rememora López-Amado en una entrevista a EFE en Las Palmas de Gran Canaria.

Fue en esta ciudad desde donde embarcó hacia La Güera con un contingente de unos 90 hombres en el buque Blas de Lezo, poco antes de la Marcha Verde con la que Marruecos se hizo con el control hace 50 años de aquella provincia española, a lo que España no se opuso.

El propósito era iniciar una evacuación al puerto de Las Palmas de civiles y militares españoles con sus pertenencias desde aquel territorio, colonia de España desde 1884.

"Evacúa el cementerio"

A sus 82 años, el coronel López-Amado rememora que, cuando llegaron a La Güera, "al personal civil se le dijo que dejaran bultos delante de sus casas con todo lo que se querían traer".

Al día siguiente, el Ejército comenzó a embarcar las pertenencias. "Pero, de repente, los españoles me dicen que no se vienen porque tienen enterrados a los seres queridos allí".

López-Amado informó de estas circunstancias, que fueron retransmitidas a Madrid. La respuesta: "Evacúa el cementerio".

Con las pequeñas palas que llevaban en su equipo, los soldados desenterraron "a contrarreloj" en un día y medio restos humanos que, cuando terminaron de exhumar, Sanidad consideró que eran un peligro para la salud en ese traslado en barco, sin suficientes frigoríficos.

Por ese motivo, requisaron en una farmacia esparadrapos y lo que pegara para precintar al menos una docena de ataúdes que habían pedido por radio a Las Palmas y las cajas de cartón en las que introdujeron los demás restos.

"Nosotros estábamos preparados para todo lo que se nos viniera encima. Lo que pasa es que con eso no habíamos contado", explica el coronel.

Según los documentos desclasificados del Archivo General de la Administración consultados para su tesis por la profesora Beatriz Andréu Mediero, de Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en total fueron exhumados y evacuados 703 cadáveres procedentes de los cementerios de El Aaiún (403), Villa Cisneros (hoy Dajla, 281) y La Güera (19).

Pepe Taboada cuenta a EFE desde Madrid que tenía 23 años cuando, siendo soldado del arma de Ingenieros, el secretario general del Gobierno del Sáhara Español, Luis Rodríguez de Viguri, le ordenó exhumar el cementerio cristiano de El Aaiún.

Le tocó dirigir para aquella tarea a una docena de hombres del pelotón de castigo de la Legión, "los más violentos" y a los que recuerda bailando con los cadáveres de las prostitutas "como en la novela 'Pantaleón y las visitadoras' de Mario Vargas Llosa".

"El espectáculo que estábamos viendo era un horror", rememora 50 años después.

Pidió batas, guantes y mascarillas, y encargó unos 250 féretros a la península para enviar los fallecidos a las familias que los reclamaron. El resto, en torno a la mitad, fueron enviados al puerto de Las Palmas.

"No querían dejar en la Operación Golondrina ni a los cadáveres", dice al indicar que cree que el motivo era el temor a que se profanara o destrozara el camposanto.

"Pero es terrible, porque en Marruecos hay varios cementerios cristianos y nadie los ha tocado. Se podría haber negociado", agrega.

El coronel Manuel López-Amado, que se encargó de evacuar a los habitantes de La Güera
El coronel Manuel López-Amado, que se encargó de evacuar a los habitantes de La Güera | EFE

Entre 10.000 y 15.000 civiles evacuados

Durante la operación fueron repatriados al puerto de Las Palmas de Gran Canaria entre 10.000 y 15.000 civiles, según la fuente, junto a unos 1.000 automóviles y 300 toneladas de carga que se amontonaron allí durante meses.

"Fue impresionante el regreso", recuerda el coronel López-Amado, quien calcula que en la evacuación de La Güera había en torno a 400 españoles: "el Ciudad de Huesca atracó en el muelle civil y allí, la cantidad de gente que había... Ambulancias, coches fúnebres...".

Taboada evoca que, en El Aaiún, "de la noche a la mañana" se pidió a la gente que llevaran sus enseres al puerto, neveras, televisores, coches... "Todo lo metían en unas redes con las que se bajan las cosas a las bodegas de los barcos y muchas de ellas caían destrozadas".

La llegada de tantas personas a Las Palmas de Gran Canaria preocupó en la ciudad en un momento en que el archipiélago se encontraba en crisis, con falta de trabajo y viviendas, sobre todo porque la mayoría de la población asentada en el Sáhara era canaria.

Incluso, cuenta a EFE el cronista de la ciudad, Juan José Laforet, al Ayuntamiento le inquietó dónde enterrar a los muertos, que acabaron principalmente en el cementerio de San Lázaro, pero también en otros camposantos de Las Palmas de Gran Canaria y de otros municipios de la isla.

Se arrían las últimas banderas

El coronel López-Amado explica que arrió la última bandera española en La Güera y, meses más tarde, la de la playa de El Aaiún, cuando se completó, con el embarque de las últimas tropas, la evacuación en la capital de la provincia española.

Este militar retirado relata la Operación Golondrina con "la satisfacción del deber cumplido", pero afirma que "duele haber dejado ese territorio".

Para el soldado Taobada, "fue un desastre". "Los soldados teníamos la convicción de que íbamos a defender a los saharauis del Ejército marroquí, de la Marcha Verde", dice al evocar las declaraciones del gobernador general del Sáhara Español, Federico Gómez de Salazar.

"Y de la noche a la mañana, por detrás, estaban en Madrid haciendo un plan de abandono del territorio con la Operación Golondrina", concluye. Un artículo de María Rodríguez

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