ENTREVISTA
Carlos Soria: "He subido el Everest pero el Manaslu es especial"
Carlos Soria, batía el récor al convertirse en la persona de más edad, 86 años, en coronar una cumbre de más de 8.000 metros, tras alcanzar la cima del Manaslu (8.163 m) en Nepal. Ahora ha contado como ha sido su experiencia.

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El alpinista Carlos Soria reconoció que subir el Manaslu (8.163 m) en Nepal y convertirse con ello en la persona de más edad, con 86 años, en coronar una cumbre de más de 8.000 metros ha sido una de las experiencias más duras de su vida, porque "es algo más que una montaña y especial".
Soria, que compareció este viernes ante la prensa en la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de Madrid, regresó a España el miércoles pasado después de conseguir una hazaña para la historia, al coronar la octava cumbre más alta del mundo y superar al japones Yuhichiro Miura que subió el Everest (8.849m) en 2013 con 80 años.
El alpinista explicó que su idea inicial no era batir un récord del mundo, algo que ignoraba en un primer momento, sino que su objetivo inicial era conmemorar los 50 años de la primera vez que unos españoles conquistaban la cima del Manaslu, otro hito histórico en el que estuvo presente, aunque ahora no ha podido disfrutarlo con la misma compañía que en 1975.
"Ha sido emocionante. Más felicidad y alegría no se puede tener", relató Soria, para quien uno de los momentos más emocionantes de la escalada es cuando terminas el descenso de la montaña y "ves lo que has hecho".
Entre los recuerdos de su última hazaña, Soria admitió que está el pueblo de Sama, en la ladera de la montaña y con una escuela con escasos recursos, a uno de cuyos profesores preguntó si necesitaban bolígrafos para llevarles y este le contestó que lo que necesitaban eran "setenta colchones y ropa". Cuando regresó con todo ello Soria narró que recibió un recibimiento cargado de gratitud por parte de todo el pueblo.
El montañista español ha enfrentado infinidad de dificultades en su última aventura por el Himalaya. Lleva una prótesis en su rodilla izquierda que le limita el movimiento a 90 grados y en su tobillo derecho acumula problemas debido a un golpe sufrido en otra cumbre.
Las complicaciones, según relató, las vivió especialmente en el descenso de la montaña debido al cansancio acumulado de la subida. Durante la bajada recibió un golpe en el brazo y en el campo 3 tuvieron que pedir un helicóptero para bajar.
La financiación de su travesía también fue otro de sus grandes desafíos, ya que rechazó la opción de un patrocinio que le financiaba toda la expedición a cambio de una película y el derecho de todas las imágenes, y finalmente pudo financiar la aventura gracias a su familia y su entorno y disponer de todas las imágenes.
"Ahora es el momento de contar la historia" aseguró Carlos Soria, un alpinista nacido en la posguerra, que tuvo que empezar a trabajar con 11 años, que cuenta que la dureza de la vida le ha dado fuerza y que no deja de marcarse retos. Entre ellos está seguir disfrutando de sus grandes pasiones, la escalada y el esquí, sin descartar volver a subir un ocho mil, pero sobre todo vivir.
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