EN EUROPA

Más del 4% de las muertes que se producen durante el verano es debido al calor en las ciudades

Un estudio ha señalado que en las ciudades europeas se producen 6.700 muertes prematuras debido al calor en las ciudades. Unas muertes que se podrían evitar aumentando la cobertura de árboles.

Señora mayor abanicándose

Señora mayor abanicándoseiStock

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Más del 4 % de la mortalidad estival en las ciudades europeas es atribuible a las islas de calor urbanas, según un estudio hecho por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) con datos de 93 ciudades europeas.

El estudio, que publica hoy la revista 'The Lancet', estima que un tercio de las muertes atribuibles a las islas de calor podrían evitarse si los árboles cubrieran el 30 % del espacio urbano.

El trabajo del ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa, recuerda que la exposición al calor se asocia con mortalidad prematura, enfermedades cardiorrespiratorias e ingresos hospitalarios, especialmente durante las olas de calor, pero también ocurre con temperaturas moderadamente altas en verano.

"Las ciudades son especialmente vulnerables a las altas temperaturas. La menor vegetación, la mayor densidad de población y las superficies impermeables de edificios y calles, incluido el asfalto, provocan una diferencia de temperatura entre la ciudad y las zonas circundantes, un fenómeno denominado isla de calor urbana", ha explicado la investigadora del ISGlobal Tamara Iungman, primera autora del estudio.

La investigadora ha señalado que con el calentamiento global y el crecimiento urbano, se prevé que este efecto empeore en las próximas décadas.

"Las predicciones basadas en las emisiones actuales revelan que las enfermedades y muertes relacionadas con el calor se convertirán en una carga mayor para nuestros servicios de salud en las próximas décadas", ha advertido Iungman.

Los investigadores, liderados por Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, estimaron las tasas de mortalidad de las personas mayores de 20 años residentes en 93 ciudades europeas (un total de 57 millones de habitantes), entre junio y agosto de 2015, y recopilaron datos sobre las temperaturas diarias rurales y urbanas de cada ciudad.

En primer lugar, estimaron la mortalidad prematura simulando un escenario hipotético sin isla de calor urbana y luego calcularon la reducción en temperaturas que se obtendría aumentando la cobertura de árboles hasta el 30 %, así como las muertes que podrían evitarse.

"Nuestro objetivo es informar a los responsables de las administraciones locales de las ventajas de integrar zonas verdes en todos los barrios para promover entornos urbanos más sostenibles, resilientes y saludables", ha indicado Nieuwenhuijsen.

Los árboles protegen

Los resultados muestran que, de junio a agosto del 2015, las ciudades registraron, en promedio, 1,5 °C más que las áreas circundantes.

Según los investigadores, 6.700 muertes prematuras son causadas por el aumento de las temperaturas urbanas, lo que representa el 4,3 % de la mortalidad total durante los meses de verano y el 1,8 % de la mortalidad durante todo el año.

El trabajo sostiene que un tercio de estas muertes (2.644) podrían haberse evitado aumentando la cubierta arbórea hasta un 30 % del espacio urbano, con lo que se reducirían las temperaturas.

En general, las ciudades con mayores tasas de exceso de mortalidad por calor son las del sur y el este de Europa, siendo estas ciudades las que más se beneficiarían de un aumento de la cubierta arbórea.

El estudio subraya los beneficios sustanciales de plantar más árboles en las ciudades, aunque los autores reconocen que esto puede ser difícil en algunas ciudades debido a su diseño, y que plantar árboles debe combinarse con otras intervenciones como tejados verdes u otras alternativas para reducir la temperatura.

"Nuestros resultados también muestran la necesidad de preservar y mantener los árboles que ya tenemos porque son un recurso valioso y los árboles nuevos tardan mucho tiempo en crecer. Además, no se trata sólo del número de árboles, sino también de cómo se distribuyen", según Nieuwenhuijsen.

Aunque los análisis se hicieron con datos de 2015 porque no disponían de datos de población de años posteriores, según Iungman, los resultados son generalizables y el estudio proporciona información valiosa para adaptar las ciudades y hacerlas más resilientes al impacto del cambio climático.

"Aquí solo analizamos el efecto de los árboles sobre la temperatura, pero aumentar las áreas verdes en las ciudades tiene muchos otros beneficios para la salud, como incrementar la esperanza de vida, reducir los problemas de salud mental y mejorar la función cognitiva de las personas", ha asegurado la investigadora.

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