DÍA DEL ALZHEIMER

Los fármacos Lecanemab y Donanemab contra el Alzheimer, un pequeño avance para frenar la enfermedad

Definitivamente el 2023 ha sido un buen año en cuanto a investigación para frenar el Alzheimer. Aunque esta dura enfermedad sigue sin tener una cura, los avances conseguidos y los estudios arrojan algo de luz a varias décadas de oscuridad.

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El Alzheimer es un trastorno neurológico que tiene un desarrollo lento, desde los primeros síntomas que pueden ser la desorientación espacial y temporal, hasta la demencia grave, puede haber pasado varios años. Las personas que lo sufren suelen vivir entre 3 y 11 años, aunque en algunos casos pueden sobrevivir más de 20.

La enfermedad suele desarrollarse en 5 fases, que van avanzando poco a poco. Desde la preclínica, donde el enfermo ni los familiares detectan la enfermedad, pero esta puede dar la cara a través de alguna prueba médica a un pequeño deterioro cognitivo leve que se va agravando a una demencia leve, luego moderada y finalmente grave.

Ya hay estudios que señalan que hay síntomas que pueden advertir de la enfermedad incluso años antes de que aparezcan como el tardar en la resolución de problemas o reaccionar ante situaciones o problemas con la memoria prospectiva o recordar números.

Alzheimer
Alzheimer | iStock

¿Qué avances científicos ha habido?

Una de las mejores noticias con respecto a la investigación del Alzheimer llegaba con el fármaco Lecanemab, aunque estuvo envuelto en cierta polémica por los efectos secundarios, tras dos décadas sin casi ningún tipo de avance, este medicamento había conseguido frenar y ralentizar el avance de esta enfermedad y el más reciente el Donanemab, que mejoraba incluso al Lecanemab.

Esta patología se suele dar por la acumulación en el cerebro de dos tipos de proteínas: una de ellas es la beta-Amiloide, acaba formando una serie de placas y la otra es la TAU, que crea ovillos neurofibrilares dentro de las neuronas. Tanto el Lecanemab como el Donanemab han centrado su investigación las proteínas amiloide.

También se ha avanzado en el diagnóstico precoz, ya que gracias a análisis de sangre y test este podría detectarse incluso tres años y medio antes de que aparezca.

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