EL MERCADO LABORAL EXPULSA A LOS MAYORES

Reinventarse a los 50: ¿Cómo garantizarte un trabajo para ganar dinero y cotizar hasta la jubilación?

El mercado laboral expulsa con frecuencia a los trabajadores por el simple hecho de haber superado los 50 años. El edadismo ha hecho mucho daño a grandes profesionales con años de experiencia a su espalda.

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Cuando tu abultado currículum no es suficiente para obtener un "sí" en una entrevista, ni siquiera si el puesto de trabajo es de una categoría muy inferior a la que acostumbras, es muy probable que te plantees nuevas salidas.

Estas son algunas ideas en sectores en los que siempre hay trabajo y donde la edad no es un inconveniente:

Gerocultor:

Necesitarás disponer de alguna titulación que demuestre que estás capacitado para trabajar con ancianos, ya sea la de auxiliar de enfermería o de gerocultor. La primera requiere la asistencia a un ciclo de grado medio, que puede tardar hasta dos años en completarse. Por ello, muchas personas optan por la opción del título de Técnico en Atención Sociosanitaria: el precio de la formación es bajo y puede ser completado en algunos casos en sólo un mes.

Este trabajo requiere un buen estado físico, porque no cualquiera puede llevar el ritmo de una residencia, y el salario no es demasiado elevado, pero el empleo está prácticamente garantizado si le pones ganas.

Administrativo:

Cualquier edad es buena para comenzar tu carrera como administrativo. Es una de las profesiones que mejor se adaptan al envejecimiento, porque no suelen requerir una implicación física.

Para garantizarte un sueldo decente, que no reduzca en exceso el volumen de tu pensión, lo más conveniente sería presentarse a una oposición.

En el terreno privado es mucho más probable tener que conformarte con un salario mínimo, aunque, ante la necesidad de seguir cotizando, cualquier ingreso es bueno.

Docente:

Si dispones de algún título universitario, es muy probable que tengas opciones interesantes tanto en Secundaria y Bachillerato como en grados formativos afines.

Si tus ganas de ponerte con una oposición son bajas, siempre puedes decantarte por el sector privado. Eso sí: Necesitarás cursar y pagar el famoso master de profesorado (lo que equivale al antiguo CAP). Pero tranquilo: no necesitarás encerrarte a estudiar todos los días. Quienes han pasado por el trámite aseguran que es muy sencillo de aprobar.

Estas son algunas de las asignaturas que podrías impartir en función de la rama a la que pertenezca tu carrera: Lengua y literatura, Matemáticas, Geografía e Historia, Educación Física, Física y Química, Biología y Geología, Economía, Lenguas Extranjeras o Dibujo.

Autónomo:

Ese negocio que siempre quisiste montar y para el que nunca tuviste tiempo puede hacerse realidad en este momento de tu vida en que el mercado laboral ha decidido hacerte de menos.

La idea de ser tu propio jefe deberá compaginarse con una inversión mínima, pues la última etapa de nuestra vida laboral no es el mejor momento para arriesgar ahorros.

Lo más recomendable cuando vas a llevar a cabo una actividad como autónomo es partir del riesgo más bajo, probar qué tal funciona tu idea y, sólo en el caso de que preveas un éxito casi asegurado, ir haciendo pequeñas aportaciones.

Hablando en Plata» Economía

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