PENSIONES

Pensión de viudedad: Consejos de la OCU para mejorarla

La pensión de viudedad es quizá una de las menos dotadas del sistema de la Seguridad Social, la OCU ha propuesto algunos consejos para mejorar la situación económica a aquellos que cobran esta pensión.

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La pensión de viudedad es una de las 4 pensiones contributivas que otorga la Seguridad Social, como la de jubilación, incapacidad permanente y orfandad. Es una prestación que se otorga al cónyuge o pareja de hecho de una persona que estuviera dada de alta en el sistema de la Seguridad Social y se cumplan ciertos requisitos. El fin de proporcionar un mayor apoyo económico tras la pérdida de este familiar, que en algunos contextos según señala la OCU esto podría suponer el 40% o el 60% de los ingresos familiares.

Aunque actualmente hay muchas mujeres ya incorporadas al mercado laboral, que cotizan y obtendrán su pensión de jubilación, antiguamente muchas dependían del salario y la pensión de sus maridos, que podía reducirse drásticamente a nada si no tuvieran la pensión de viudedad cuando estos fallecían. Aunque ahora existen también otros mecanismos de ayuda como el de la brecha de género, la pensión en favor de las familias, etcétera.

La cuantía mínima de la pensión de viudedad este 2025 varía dependiendo de algunos requisitos, si se tienen cargas familiares la pensión mínima es de 1.127,60 euros, si se es mayor de 65 años o se tiene una discapacidad del 65% esta cuantía se queda en 874,40 euros, si se tiene entre 60 y 64 años la pensión es de 818 euros y si se es menor de 60 años, sin cargas familiares esta es de 662,50 euros. No obstante, cada pensión de viudedad se calcula como un porcentaje de la base reguladora de la persona fallecida.

La cuantía de esta pensión no es muy alta y por ello la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU ha dado algunos consejos para poder mejorar esta pensión.

En primer lugar, la OCU destaca que la clave sería la anticipación, es decir, ante un escenario ineludible como es la muerte, se aconseja que se hable de cómo quedaría la economía familiar en el caso del fallecimiento de uno de los cónyuges para evitar "situaciones de vulnerabilidad a largo plazo". Aconsejan fomentar la cotización del cónyuge que tuviera menor vinculación con el sistema, aunque sea en bases reducidas para ir generando derecho a tener una pensión de jubilación mínima en el futuro.

También recomiendan la contratación de un seguro de vida, ya que la cuantía recibida de esto podría servir de apoyo familiar al menos durante un tiempo hasta que se pudiera reorganizar la economía tras la nueva situación.

Por otro lado señala como opción interesante incluir al cónyuge con menores ingresos en los planes de pensiones. "La normativa permite realizar aportaciones al plan individual del otro siempre que este no obtenga rendimientos netos del trabajo ni de actividades económicas superiores a 8.000 euros anuales. En ese caso, se puede aportar hasta 1.000 euros anuales adicionales, que se suman al límite general del aportante."

Por último, señala que sería importante no dejar deudas, tener una casa en propiedad a la hora de jubilarse puede marcar la diferencia.

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