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Ciudades amigables: ¿están preparadas nuestras urbes para las personas mayores?

Las ciudades deben adaptarse al envejecimiento de la población para garantizar entornos accesibles y seguros. Solo una pequeña parte de los municipios en España ha comenzado ese camino.

Mujer mayor paseando por la ciudad

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En un contexto de envejecimiento acelerado de la población, el diseño de las ciudades cobra una nueva dimensión: deben ser espacios donde todas las personas, sin importar su edad, puedan vivir con dignidad, seguridad y acceso a servicios básicos. Las llamadas "ciudades amigables con las personas mayores" surgen como una respuesta global ante este desafío, promovidas por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, en España, el desarrollo de estas urbes inclusivas aún es limitado y plantea múltiples retos por resolver.

Actualmente, solo el 3% de los municipios españoles forman parte de esta red de ciudades amigables. Esto representa apenas 269 localidades de un total de 8.131, una cifra que, aunque ha crecido, sigue siendo insuficiente. Ciudades como Vitoria, Bilbao o Barcelona destacan por sus avances, al igual que pequeños municipios como Pescueza, en Badajoz. Aun así, los expertos coinciden en que el compromiso institucional, la planificación urbana y la participación de las personas mayores son aspectos clave que todavía no están plenamente integrados.

Pareja de personas mayores sentadas en un banco
Pareja de personas mayores sentadas en un banco | iStock

Accesibilidad, soledad y tecnología: barreras aún presentes

Muchas personas mayores encuentran serias dificultades para desenvolverse en su entorno diario. Viven en edificios sin ascensor, se enfrentan a espacios públicos mal adaptados y a un transporte que no siempre es accesible. A ello se suma una brecha digital creciente, que complica aún más su relación con la administración y los servicios. Esta situación, además, contribuye al aumento de la soledad no deseada, que afecta a millones en España. Ante este panorama, se reclama una atención más personalizada, mejoras urgentes en accesibilidad y la formación de profesionales especializados. También se insiste en mantener la atención presencial, para que las herramientas digitales no sustituyan por completo el trato humano.

Un diseño urbano para todas las generaciones

Además, los especialistas defienden que una ciudad amigable no debe pensarse exclusivamente para los mayores, sino para toda la sociedad. La arquitectura y el urbanismo deben garantizar calidad de vida para cualquier edad, con entornos seguros, accesibles, verdes y participativos. Existen ya experiencias exitosas en otros países, y se espera que el Congreso Mundial de Ciudades Amigables, que se celebrará en España en 2026, sirva de impulso definitivo para transformar nuestras ciudades en lugares realmente pensados para todas las edades.

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