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¿Qué es la disfagia y cómo se trata?

La disfagia es una enfermedad desconocida y ataca al 25% ancianos, por lo que es importante saber cómo reconocerla

Hombre mayor con disfagia

Hombre mayor con disfagiaiStock

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Una patología que ataca a muchas personas de edad avanzada y que puede pasar muy desapercibida es la disfagia. Los afectados por esta patología presentan una importante dificultad para tragar alimentos y líquidos. Les cuesta que estos pasen de la boca al estómago debido a un problema en la faringe o en el esófago.

Estas pueden aparecer por diferentes motivos, como la edad, por sufrir o haber sufrido alguna enfermedad neurológica vascular, neurodegenerativa como el Parkinson, desmielinizante como la esclerosis múltiple, de origen infeccioso como el Covid-19, metabólico, iatrogénico como la intubación prolongada, estructural como un tumor y funcional como el reflujo.

¿De qué formas se puede presentar?

Por un lado, la disfagia se puede originar en la faringe, adoptando el nombre de disfasia orofaríngea. En estos casos, el afectado puede notar las dificultades para tragar desde el primer momento en el que se ingiere. Esto podría suponer en el peor de los casos, que la comida pase a la tráquea y la persona se atragante, sufriendo de constante aspiración.

En el segundo caso, podría tratarse de una disfasia esofágica, donde en los primeros instantes tras la ingesta, la persona no sufre de muchas complicaciones. Es en el momento en el que la comida llega al esófago que comienza a haber más problemas. En los casos más graves, esto puede provocar que se dé un vómito constante que impida al paciente que pueda alimentarse.

¿Con qué síntomas habría que empezar a preocuparse?

Aunque es importante hacerse revisiones médicas periódicas, es importante estar atento a reacciones extrañas del cuerpo, puesto que puede que en las revisiones no se salga ningún dato de los parámetros normales. Es por eso que es recomendable saber qué síntomas tienen ambos tipos de disfagia.

La orofaríngea puede llegar a provocar tos al tragar, saliva excesiva, atragantarse con líquidos, pérdida gradual de peso, dificultades al tragar, voz húmeda o reflujo nasal. Estos son efectos que podrían provocar varios tipos de enfermedades, por lo que es importante saber identificar cuando vienen todos juntos para poder ir al médico antes de que la situación empeore.

Por otro lado, la esofágica puede producir sensación de atasco, acidez estomacal, problemas con la ingesta de alimentos sólidos, regurgitación de los alimentos tras haberlos ingerido, rápida pérdida de peso y dolor retroesternal. A diferencia de la orofaríngea, estos pueden ser síntomas más anormales y, por lo tanto, más fácilmente identificables.

Mujer que se atraganta al comer
Mujer que se atraganta al comer | iStock

¿Cuál es el tratamiento?

Hay cuatro formas de tratamiento de la disfagia, pero la más amable y, por lo tanto, la más frecuente, es la que incluye programas de neurorrehabilitación. En lugar de atacar al cuerpo con procesos más hostiles para el cuerpo como la cirugía, se suele preferir, sobre todo en el tratamiento de las personas mayores, reducir síntomas y aprender a convivir con ellos.

Entre las medidas implicadas en este proceso se pueden encontrar: comer con la espalda recta, esperar unos minutos sentado después de comer, masticar mucho los alimentos, machacar las pastillas en caso de que haga falta tomarlas y practicar el acto de tragar hasta que no duela. Estas son algunas de las estrategias que, de seguirlas, ayudarán a fortalecer los músculos implicados en la deglución como la lengua, la laringe, la faringe o la mandíbula y a evitar la necesidad de sonda para alimentarse.

En el caso de que se necesario, también se puede recurrir a la cirugía para que sea más fácil y tragar, a la dilatación esofágica, donde se introduce un globo por el esófago para ensancharlo, o el uso de inyecciones de Tóxica Botulínica, sustancia que se utiliza para relajar músculos en contracción excesiva que no permiten que avance la comida.

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