CURIOSO
¿Perdemos el poder ver la intensidad de los colores con la edad?
Es inevitable que el cuerpo sufra algunos cambios a medida que envejecemos e irremediablemente también se pierde cierta capacidad de ver la intensidad de algunos colores, haciendo que nuestros ojos vean incluso mejor algunos colores que otros.

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Aunque no se puede saber con exactitud si vemos todos los seres humanos los colores de igual manera si que hay estudios que demuestran que más o menos si vemos todos los colores de igual forma debido a los fotorreceptores del ojo humano.
Estos fotorreceptores son células llamadas conos y bastones, situadas en la retina que transforman la luz que nos llega al cerebro. La percepción de los colores depende del número de conos. Normalmente los humanos somos tricrómatas, es decir que tenemos tres sistemas de conos que nos permiten ver los colores primarios (rojo, verde y azul) que en sus diferentes combinaciones nos proporcionan una amplia gama de colores. Los bastones son los encargados de distinguir el blanco, el negro y los grises.
Así que en general los humanos percibimos más o menos todos los mismos colores, hay excepciones como los que sufren daltonismo, en sus diferentes formas (acromático, monocromático, dicromático...) que afecta precisamente a la capacidad de distinguir los colores. Por otro lado, están los tetracrómatas que al contrario debido una mutación pueden percibir colores que normalmente el ojo humano no ve.
Además de la genética, un estudio en la University College London (UCL) ha demostrado que el envejecimiento del ojo también influye en la percepción de los colores. Investigaron la respuesta de 17 adultos jóvenes (de una media de 27 años) y 20 adultos mayores (con una media de 64 años).
En una habitación oscura les hicieron visionar 26 colores diferentes durante cinco segundos para medir el diámetro de sus pupilas. Las pupilas reaccionan y se contraen en función al aumento de la luminosidad y de la intensidad del color.

Se les mostraron colores oscuros y apagados y también saturados y claros de Magenta, azul, verde, amarillo y rojo. También dos tonos de naranja y cuatro colores de la escala de grises.
La investigación encontró que la pupila de los adultos mayores reaccionaba menos a determinados colores, concretamente al verde y al magenta.
Sin embargo, tanto los adultos jóvenes como los mayores tuvieron respuestas similares a la luminosidad o "claridad" de un tono de color.
Por lo tanto, los investigadores pudieron demostrar que al envejecer nuestro cerebro percibe menos la intensidad de los colores que nos rodean.
Uno de los autores principales, el Dr. Janneke van Leeuwen señalaba: "Nuestro descubrimiento podría explicar porque la preferencia de colores también se altera cuando envejecemos y porque algunas personas mayores prefieren vestir con colores llamativos".
Este estudio refuerza otros anteriores donde se destacaba que las personas mayores veían mejor colores cálidos como el amarillo, el rojo o el naranja frente a los azules y verdes.
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