INVESTIGACIÓN
Un nuevo estudio halla la forma de controlar el aumento de peso asociado al envejecimiento
La investigación ha estudiado el papel que cumple el tejido adiposo pardo en nuestro organismo y cómo se transforma con el envejecimiento.

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A medida que pasan los años, el ritmo de vida, el sedentarismo o los habituales cambios hormonales se convierten en uno de los factores principales que hacen que nuestro cuerpo suba de peso. A más edad, menos gasto de energía y por lo tanto más acumulación de grasa.
Un estudio realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Barcelona y publicado en la revista Science Advances ha investigado la actividad del tejido adiposo pardo y ha aportado nuevas pistas para prevenir trastornos metabólicos.
El tejido adiposo pardo es un tipo de grasa que cumple la función de generar calor a partir de la quema de calorías, una protección importante para nuestro organismo ante condiciones de frío o estrés metabólico.
Con la edad, la actividad de este tejido adiposo pardo disminuye, lo que supone un mayor riesgo de obesidad, diabetes o patologías cardiovasculares.
Esta pérdida de actividad, explica el estudio, se debe a una reducción de la CMA, la autofagia mediante chaperonas. Se trata de un proceso celular de degradación selectiva de proteínas que limita la actividad de esta grasa.
Los resultados abren puertas para tratar afecciones metabólicas relacionadas con la edad, pues activar la CMA ayuda a que el tejido adiposo pardo se mantenga activo durante el envejecimiento y regula proteínas esenciales para la termogénesis y el metabolismo.
Tras unos primero experimentos con animales, los investigadores estudian como aplicar estos resultados a personas.
Joan Villarroya, profesor de Universidad de Barcelona e investigador del CIBER de Obesidad y Nutrición ha dirigido este estudio, en el que también ha colaborado la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York.
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