DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS DE EDAD

Los objetivos de la OMS con la Década del Envejecimiento Saludable

La década entre 2020 y 2030 es la elegida por la OMS como la Década del envejecimiento saludable, diez años donde las personas mayores serán el eje de los diferentes esfuerzos por mejorar la vida de estas personas.

Mujeres mayores haciéndose una foto

Mujeres mayores haciéndose una fotoiStock

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El 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas de Edad que este año estará enfocado principalmente en Cumplir las promesas de la Declaración Universal de Derechos Humanos para las personas mayores: entre todas las generaciones.

La población envejece en todo el planeta, es un hecho porque los humanos cada vez somos más longevos debido a la mejora en la calidad de vida. De hecho, se prevé que el número de personas de 65 años o más en todo el mundo se duplique con creces en los próximos años, pasando de 761 millones que había en 2021 a los 1600 millones que se prevé que habrá en el 2050. Además, el número de personas que superen los 80 años o más será mayor.

Con estas perspectivas se necesita trabajar para garantizar un futuro óptimo para las personas mayores en entornos saludables y llevando una vida digna. Por este motivo la Organización Mundial de la Salud declaró que los años comprendidos entre 2020 y 2030 estarán centrados en la Década del Envejecimiento Saludable donde la sociedad, los diferentes gobiernos, organizaciones internacionales, instituciones académicas e incluso los medios de comunicación aúnen fuerzas y colaboren para mejorar las vidas de las personas mayores.

Personas mayores buceando
Personas mayores buceando | iStock

Actualmente hay más de mil millones de personas que tiene más de 60 años en países con ingresos bajos o medios y que no tienen acceso a recursos básicos para llevar una vida digna.

Con el fin de conseguir este propósito se han marcado una serie de objetivos para lograr un envejecimiento saludable:

Fin de la pobreza: Será fundamental evitar que las personas mayores caigan en la pobreza. Para ello se requerirán políticas de jubilación flexibles, pensiones mínimas financiadas con impuestos, seguridad social y acceso a servicios de salud y atención a largo plazo.

  • Hambre cero: Las personas mayores pueden ser vulnerables a la inseguridad alimentaria, ya que las familias y los programas de asistencia suelen dar prioridad a los jóvenes. Centrarse en las personas mayores ayudará a revertir los patrones de desnutrición y a prevenir la dependencia de los servicios de atención.
  • Salud y bienestar: El envejecimiento saludable significa que las personas mayores contribuyen a la sociedad durante más tiempo, con oportunidades para gozar de buena salud en todas las etapas de la vida, cobertura sanitaria universal y sistemas sociales y de salud integrados, transformadores y centrados en las personas, en lugar de sistemas basados únicamente en la enfermedad.
  • Educación de calidad: El envejecimiento saludable requiere de un aprendizaje a lo largo de toda la vida, que permita a las personas mayores hacer lo que valoran, conservar la capacidad de tomar decisiones y conservar su identidad e independencia, así como sus metas vitales. Todo ello exige alfabetización, capacitación y espacios de participación sin obstáculos, en particular en el ámbito digital.
  • Igualdad de género: Hacer efectiva la igualdad de género a lo largo de todo el curso de la vida conduce a mejores resultados en etapas posteriores. Por consiguiente, los sistemas deben promover la participación equitativa en la fuerza de trabajo y en las pensiones sociales para mejorar la situación económica de las mujeres de edad y su acceso a los servicios. La violencia de género debe ser eliminada.
  • Trabajo: La población en edad de trabajar, que incluye a muchas personas mayores, debe tener acceso a oportunidades de empleo y contar con unas condiciones de trabajo decentes. El hecho de disponer de ingresos y poder acudir a servicios financieros contribuirá a facilitar el acceso a los servicios y productos sanitarios y a reducir el riesgo de que se produzcan gastos catastróficos. Un personal saludable aumenta la productividad y reduce el desempleo.
  • Industria: La infraestructura para un envejecimiento saludable requerirá un acceso a Internet asequible y apto para todas las edades; investigación e intervenciones basadas en pruebas que den visibilidad a las personas mayores mediante datos y análisis desglosados por edades; nuevas tecnologías y cibersalud.
  • Reducir desigualdades: Las personas mayores no disfrutan del mismo acceso a los servicios y la asistencia en sus hogares, vecindarios y comunidades, a menudo a causa de su género, etnia o nivel de educación. El envejecimiento saludable requiere políticas encaminadas a superar esa inequidad en todos los sectores.
  • Ciudades: Las ciudades y comunidades adaptadas a las personas mayores facilitan que todos puedan maximizar sus capacidades a lo largo de la vida. Para crearlas es necesario contar con la participación de múltiples sectores (salud, protección social, transporte, vivienda, trabajo) y partes interesadas (la sociedad civil, las personas mayores y sus organizaciones).
  • Justicia: Las instituciones para todas las edades empoderarán a las personas mayores y les permitirán lograr cosas inimaginables para las generaciones anteriores. Para ello se requerirán campañas de sensibilización contra el edadismo, una labor de promoción específica sobre el envejecimiento saludable y leyes que prohíban la discriminación basada en la edad a todos los niveles.
  • Alianzas: El envejecimiento saludable no debe dejar a nadie atrás, sino crear un futuro para las personas de todas las edades. Para lograrlo será necesario establecer alianzas activas entre numerosos sectores y partes interesadas, ignorando las fronteras tradicionales, e invertir en entornos adaptados a las personas mayores y en sistemas integrados de atención sanitaria y social
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