NI LAS MÁS CARAS NI LAS MÁS BONITAS

Cinco características que no faltan en las mejores residencias de Mayores

Pueden ser muy bonitas, contar con muchos sanitarios y con la última tecnología, pero existen cinco características mucho más importantes que definen a las mejores residencias de mayores.

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El bienestar en los últimos años de nuestra vida depende de criterios relativamente fáciles de evaluar. Las mejores residencias cuidan especialmente estos cinco aspectos:

1. Número de cuidadores por mayor

El ratio de trabajadores por residente tiene mucho que ver con su estado físico y anímico. El tiempo que un profesional gerocultor puede dedicar a cada mayor será determinante en su aseo, el cuidado de su piel, su hidratación, su alimentación y su estado anímico, entre otros muchos aspectos. Factores, todos ellos, relacionados con una vida más larga y más feliz.

El sector de atención a las personas mayores presenta grandes dificultades para encontrar personal cualificado y eficiente. Como ocurre con otras muchas profesiones, una subida de los salarios de los auxiliares de enfermería y de los gerocultores incrementaría el interés por una profesión en la que cada vez hay más empleo. El envejecimiento de la población necesita respuestas acordes a una mayor calidad de vida.

Por todo ello, las residencias con mayor número de empleados y el personal mejo pagado son importantes para decidir dónde pasar esta etapa de nuestras vidas.

2. Supervisión del estado de los residentes

Una dirección estricta y responsable suele estar relacionada con un espacio seguro y con una atención cuidada. Cuando la calidad de vida de los residentes esá en juego, la vigilancia del buen hacer de los trabajadores debe ser permanente.

Las mejores residencias pueden funcionar como una orquesta donde todos trabajan al unísono, en la misma dirección: la de mejorar sus vidas.

3. Alimentación

Una de las quejas más frecuentes en las residencias de mayores tienen que ver con la calidad y el estado de los alimentos.

El control de la sal, del azúcar, la presencia de procesados o la reutilización de aceites están relacionados muy directamente con su salud. También lo están la higiene al preparar y servir los platos y, por supuesto, la vigilancia y colaboración de los trabajadores para evitar deshidrataciones o atragantamientos.

El sabor del menú y la preservación de una temperatura adecuada afectará inevitablemente a la percepción de cómo de a gusto están en su hogar. Y es que a todos nos gusta comer bien, y no sólo barato.

Las residencias que priorizan la calidad, variedad y adecuación del menú por encima del ahorro de costes serán siempre mejores candidatas.

4. Empatía y vocación de los trabajadores

Una de las mejores virtudes de los trabajadores del sector es su capacidad de ponerse en la piel de los residentes. Todos y cada uno de nosotros llegaremos a esa edad en la que cualquier actividad cotidiana se convierte en un esfuerzo.

Lo ideal es que las personas empleadas en una residencia cuenten con una gran vocación: que no vean su ocupación como un mero empleo al que acuden y se van cuando llega la hora.

La implicación personal es peligrosa en ciertos ámbitos laborales, pero muy conveniente cuando las personas para las que trabajas te consideran parte de su familia. Los trabajadores de la residencia son, para muchos mayores, las únicas personas que se ocupan de su bienestar físico y emocional. La figura del psicólogo es interesante, pero las personas de contacto permanente con ellos deben estar mucho más pendientes de sus necesidades emocionales.

5. Ocio y entretenimiento:

Además de asear, alimentar y vigilar la salud de los residentes, un centro de estas características debe preocuparse por sus momentos de felicidad.

Las actividades de entretenimiento deben formar parte de las rutinas de una residencia. Se trata de garantizar que los mayores tengan ganas de seguir en pie muchos años más porque su vida merece la pena. Porque además de tener satisfechas las necesidades de supervivencia, se sienten acompañados y se lo pasan bien.

El ocio garantiza el alza del estado anímico y facilita la convivencia y la socialización entre iguales. Juegos de mesa, cartas, canciones, actividad física y mucho amor.

Si estás buscando una buena residencia, interésate también por el modo en que gestionan los momentos de ocio y los espacios al aire libre.

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