ASÍ ACTÚA EN EL CEREBRO

La soledad no deseada puede tener un impacto diferencial en la aparición de demencia

Factores como la soledad o el aislamiento pueden influir en la pérdida de volumen cerebral y adelantar o acelerar el desarrollo de demencia.

Mujer con demencia

Mujer con demenciaiStock

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Con el paso de los años, es normal que las capacidades físicas y mentales de las personas se vean claramente mermadas. Pero hay que tener en cuenta que hay diversos factores que pueden hacer que este deterioro se acelere o que llegue antes. Algunos de estos factores son la soledad y el aislamiento.

Lo que viene a reforzar lo que nos contaba Albert Quiles, director de la Fundación Amigos de los Mayores, hace unos días en una entrevista donde afirmaba que "En las personas mayores, la soledad no deseada es un factor determinante en su salud".

De hecho, en un estudio realizado por la revista de la Academia Americana de Neurología publicado en la revista `Neurology´ afirma que, con la ausencia de contacto exterior, las personas mayores se vuelven más propensas a perder volumen cerebral general que las que sí se relacionan con más gente. El volumen cerebral es la materia gris y blanca, es decir, el volumen dentro del cráneo, incluyendo el cerebro, las meninges y el líquido cefalorraquídeo.

Este estudio ha trabajado con una muestra de 8.896 personas que nunca han tenían demencia y que de media rondaban los 73 años de edad. Después de realizarles análisis cerebrales por resonancias magnéticas y exámenes médicos, se llegó a la conclusión de que apoyar a las personas mayores para que mantengan relaciones con otras personas puede tener una incidencia directa en la prevención del desarrollo de la demencia.

Mujeres mayores sentadas en un banco
Mujeres mayores sentadas en un banco | iStock

Estos análisis no dejaron dudas; las personas con más contacto exterior mantenían el 67,8% del volumen cerebral, mientras que las que menos contacto tenían, no pasaban del 67,3% de media. También tenían menor volumen en zonas sensibles como el hipocampo o la amígdala, partes del cerebro fundamentales en el funcionamiento de la memoria y que se ven claramente afectadas por la demencia.

Es importante destacar que desde el propio equipo que llevó a cabo el estudio se hace énfasis en que el grupo de personas que se prestaron al análisis eran japoneses de una edad avanzada. Esto quiere decir que quizá estas conclusiones no puedan aplicarse a otros grupos étnicos con otras culturas o a los más jóvenes, ya que puede que los resultados en esos casos sea diferente.

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