SALUD
Un nuevo fármaco inyectable promete transformar el tratamiento del Parkinson
Millones de personas con Parkinson podrían beneficiarse de este innovador tratamiento. Una fórmula de acción prolongada simplificaría la terapia y mejoraría su eficacia.

Publicidad
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que provoca la pérdida de neuronas encargadas de producir dopamina. Es el segundo trastorno neurológico más frecuente y afecta a unos 8,5 millones de personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque no existe una cura definitiva, desde hace décadas se usan tratamientos como la levodopa para aliviar los síntomas, pero estos requieren múltiples tomas diarias y no siempre logran niveles estables de medicación.
La levodopa, combinada con carbidopa para evitar su degradación, ha sido durante años el tratamiento más eficaz para controlar los síntomas del Parkinson. Sin embargo, debido a su corta duración en el organismo, necesita administrarse varias veces al día, lo que provoca fluctuaciones en su efecto y complica el tratamiento, sobre todo en personas mayores o con dificultades para tragar. Para mejorar este problema, investigaciones recientes han explorado formulaciones de liberación prolongada que reduzcan la frecuencia de las dosis.

En esta línea, científicos de la Universidad del Sur de Australia han desarrollado una inyección semanal de acción prolongada que libera de manera constante levodopa y carbidopa durante siete días. Este avance podría reemplazar la necesidad de múltiples comprimidos diarios, simplificando el tratamiento y mejorando la calidad de vida de los pacientes. El fármaco se administra bajo la piel o en el tejido muscular y libera el medicamento de forma controlada, reduciendo las fluctuaciones y los efectos secundarios.
Los ensayos de laboratorio han mostrado resultados prometedores: más del 90% de la levodopa y más del 81% de la carbidopa se liberaron en una semana, sin toxicidad significativa. Además, la fórmula puede aplicarse con una aguja fina, evitando intervenciones quirúrgicas. Según el equipo investigador, este avance no solo podría transformar el tratamiento del párkinson, sino también adaptarse a otras enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes o trastornos neurodegenerativos. Los científicos de UniSA planean iniciar ensayos clínicos en humanos próximamente.
Este nuevo enfoque abre la puerta a tratamientos más sencillos y eficaces, con menos dosis y mayor adherencia por parte de los pacientes. La innovación ya ha sido patentada en Australia y se considera un posible punto de inflexión para el manejo del Parkinson y otras patologías que requieren medicación constante.
Publicidad