VACUNAS
Así afecta la edad en las respuesta de las vacunas al sistema inmunológico
Los científicos han descubierto que las vacunas pueden provocar una respuesta más débil en los adultos mayores, por lo que hace falta investigar más para hacerlas más eficaces para esta población.

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A medida que se acerca la temporada de gripe y las autoridades de salud pública lanzan su campaña anual de vacunación, los científicos del Instituto Allen (Estados Unidos) están descubriendo por qué las vacunas pueden provocar una respuesta más débil en los adultos mayores, alrededor de los 65 años, y qué se puede hacer para mejorarla. Estos conocimientos abren la puerta al diseño de vacunas más eficaces.
En el estudio más grande de su tipo, publicado en Nature, los científicos descubrieron que nuestros linfocitos T -elementos clave en la coordinación de la respuesta inmunitaria- experimentan cambios profundos y específicos a medida que envejecemos. Estos cambios, lejos de ser aleatorios o consecuencia de enfermedades crónicas e inflamación, son una característica fundamental del envejecimiento saludable y nos ocurrirán a todos a medida que envejecemos.
"Nos sorprendió que la inflamación no sea el factor determinante del envejecimiento saludable. Creemos que la inflamación se debe a algo independiente de la edad de la persona", indica la doctora Claire Gustafson, investigadora adjunta del Instituto Allen y una de las autoras principales del estudio. "Esto es importante porque existen investigaciones que muestran hallazgos similares: la inflamación y el envejecimiento no van de la mano, y el sistema inmunitario simplemente cambia con la edad".
Los cambios también indican por qué las vacunas, incluida la vacuna anual contra la gripe y las dosis de refuerzo contra la COVID-19, tienden a ser menos efectivas en los adultos mayores.
Las células T son una parte fundamental de nuestro sistema inmunitario, ya que ayudan a "entrenar" a los glóbulos blancos, llamados células B, para que produzcan anticuerpos en respuesta a virus y vacunas. Sin embargo, este estudio descubrió que las células T de memoria en adultos mayores experimentan un cambio drástico hacia lo que se conoce como un estado "similar a Th2", que es un cambio en la expresión génica que altera fundamentalmente la forma en que estas células responden a las amenazas. Los investigadores descubrieron que este cambio afecta directamente la capacidad de las células B para generar fuertes respuestas de anticuerpos. En otras palabras, la vacuna contra la gripe aún podría administrar los componentes virales adecuados, pero si las células T de memoria no funcionan correctamente, el cuerpo tiene dificultades para responder eficazmente.

Con este conocimiento, los médicos podrían usar el perfil inmunitario de una persona para predecir su respuesta a una vacuna. Ahora que los científicos pueden identificar con precisión cómo las células T pierden eficacia con la edad, también pueden empezar a diseñar nuevas fórmulas de vacunas o tratamientos de refuerzo inmunitario para abordar estos problemas.
Dado que las células T en adultos mayores funcionan de forma diferente, los científicos podrían reformular las vacunas para compensar específicamente los cambios celulares relacionados con la edad, en lugar de utilizar un enfoque único. Las herramientas de edición genética como CRISPR también podrían utilizarse para reprogramar las células T de una persona antes de la vacunación, reprogramando así las células inmunitarias más viejas para que respondan a las vacunas como lo hacen las células más jóvenes, como la terapia con células CAR-T, que reprograma las células inmunitarias para combatir el cáncer.
Los investigadores afirman que este trabajo va más allá de las vacunas y revela cómo nuestro sistema inmunitario cambia con la edad y cómo nuestro cuerpo combate las enfermedades y los virus relacionados con la edad. También abre la puerta a intervenciones como nuevas terapias para restaurar células inmunitarias clave.
En total, los científicos monitorearon a más de 96 adultos sanos de entre 25 y 65 años durante más de dos años. Después, los investigadores emplearon técnicas de vanguardia como la secuenciación de ARN unicelular, la proteómica y la citometría de flujo espectral para perfilar el sistema inmunitario de estos individuos a lo largo del tiempo. Luego, utilizaron estos datos sobre el sistema inmunitario para crear un Atlas detallado de Salud Inmunitaria Humana, un recurso en línea que mapea 71 tipos diferentes de células inmunitarias, cómo cambian con el tiempo y por qué esos cambios son importantes.
Posteriormente, aplicaron este Atlas para estudiar más de 16 millones de células inmunitarias individuales de adultos sanos de entre 25 y más de 90 años, ofreciendo una herramienta sin precedentes para que investigadores de todo el mundo comprendan mejor y apoyen el envejecimiento del sistema inmunitario. Este recurso en línea es el más grande de su tipo y está disponible gratuitamente para investigadores de todo el mundo.
La importancia de este trabajo se extiende más allá de la investigación sobre el envejecimiento y proporciona una hoja de ruta para comprender cómo se desarrolla la disfunción inmunológica con el tiempo, ofreciendo objetivos concretos para la intervención transformando potencialmente la forma en que abordamos la salud inmunológica a lo largo de toda la vida humana.
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