SEGÚN UN ESTUDIO
Dormir mal y recuperar el sueño en el fin de semana puede dañar tu corazón
Un hábito tan extendido como dormir poco entre semana y recuperar sueño el sábado y domingo puede tener unas graves consecuencias en el corazón. A continuación, te explicamos en qué consisten.
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El ajetreado ritmo de vida que llevan muchas personas les impide dormir correctamente entre semana, por lo que se ven obligados a recuperar esas horas de sueño durante el fin de semana. Y es que, una investigación dirigida por la Universidad Estatal de Pensilvania afirma que esta práctica puede afectar a la salud del corazón.
Dormir unas cinco horas de sueño de lunes a viernes es muy poco. Tanto es así que puede terminar provocando la aparición de problemas relativos a la frecuencia cardíaca y a la presión arterial. Por otro lado, la teórica solución, que es dormir más los sábados y domingos, no resuelve el problema puesto que no compensa ese déficit de sueño.
La investigación se apoyó en el estudio de 15 hombres de entre 25 y 30 años a los que sometieron a una serie de pruebas. Las primeras tres noches se dejó a los hombres dormir hasta 10 horas para conocer cuáles eran sus cifras habituales, pero durante las cinco siguientes empezaron a dormir únicamente 5 horas. Posteriormente, los hombres volvieron a poder dormir 10 horas durante dos noches, simulando las noches de recuperación de los fines de semana.
Cabe destacar lo especial que fue el proceso de análisis de esta investigación, puesto que, tanto los niveles de presión arterial como la frecuencia cardíaca se estudiaban cada dos horas durante el día. De esta manera, los científicos eran capaces de ver cómo fluctuaban los datos según los efectos que pudieran tener las distintas horas del día en ellos.
Finalmente, las conclusiones no hicieron más que reforzar este hecho, puesto que tanto la presión arterial como la frecuencia cardíaca aumentaron. Concretamente, los latidos por minuto aumentaron de 69BMP a 78 BPM, mientras que los milímetros de mercurio que miden la presión arterial ascendieron de los 116 mmHg a los 119,5 mmHg al final del periodo de recuperación.
Pero lo que soporta esta afirmación no es el hecho de que cambie, puesto que eso era algo que se podía esperar, sino el hecho de que, a pesar de haber dormido de más durante dos días, los datos no han vuelto a parecerse a los originales.
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Es por eso que los científicos encargados de realizar el experimento recomiendan organizarse para tener periodos de sueño más largos. De lo contrario, el corazón no será el único que termine pagando el precio, ya que el sueño también tiene un impacto en el peso, en nuestra salud mental, en nuestra concentración y en nuestra capacidad de relacionarnos entre otras cosas.
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